De origen vasconavarro, fue traída al Califato en su infancia y elevada a favorita por el Califa haciéndola la sayida del alcázar o señora y dotándola de un gran patrimonio.
A la muerte de Abderramán III, la heredó su hijo Alhakén II que no tenía descendencia y posteriormente Aurora le dio dos hijos varones: Abd al-Rahman (nacido en 961 y fallecido en 970) e Hixem (nacido en 965) que reinará como tercer califa bajo el nombre de Hixem II entre 976-1009 y 1010-1013
Como integrante del harén, Aurora tenía su vida muy restringida como era habitual en el Califato de Córdoba, pero por tolerancia del Califa como recompensa por haberle dado dos hijos, le permitía deambular fuera de Medina Azahara, en ocasiones vestida de varón, usando el nombre masculino que le dio Alhakén II, Chafar, colmándola de regalos y atenciones.
Aurora maniobró a la muerte de Alhakén II en 976 para que su hijo Hixem II de 11 años reinase en el califato, pues el hijo mayor había fallecido. La sayida se alió con el visir Yafar al-Mushafi y con Almanzor, que ejercía como administrador del patrimonio del heredero y, según las fuentes locales, era posiblemente amante de Aurora. Con una gran profusión de dádivas atrajo hacia el partido de Hixem II a los miembros más importantes de la familia y aristocracia califal. El asesinato del rival de Hixem II, que era Al Muguira, hermano del fallecido Alhakén II, allanó el camino de aquél hacia el trono.
Aurora protegió la vida y el reinado de su hijo controlando internamente las rencillas que ocurrían en Córdoba para destronarle. Para ello se valió de su protegido y aliado Almanzor, al que contribuyó a aupar al mando superior del califato.
Consolidada la persona de Almanzor por sus victorias militares, éste dejó al joven Califa como un monarca de poder no efectivo, sólo nominal, dedicado a la oración y el retiro. Aurora montó otra alianza hacia 997 para desplazar a Almanzor y recuperar el poder para su hijo, pero falló su estratagema y Almanzor salió reforzado
(Wikipedia)