La actual Plaza de España se abre frente a la dársena construida a finales del medievo y ante la torre que fue del marqués de Santillana. Es un espacio que, en tiempos medievales, constituyó el lugar principal donde se verificaban no solo las operaciones de fondeo, carga y descarga, uno también la vida activa de la puebla. Actualmente la decadencia de la pesca y el incremento turístico experimentado en los últimos años van cambiando sus usos tradicionales: en algunos locales de las plantas bajas se instalan nuevos restaurantes dirigidos a la población exterior y el espacto central, abierto a la ría y animado por la actividad pesquera hasta hace pocos años, es hoy dominio casi exclusivo del automóvil.
También su fisonomía ha experimentado sensibles transformaciones a lo largo del tiempo. La superficie se amplió con distintas obras portuarias que modificaron su antiguo perímetro y aunque el viejo torreón del marques de Santillana - cuyos dueños cobraban por permitir el amarre de los barcos a las rocas de su propiedad- permanece en el mismo solar, su fabrica ha sido progresivamente transformada y convertida en Casa Consistorial. El conjunto de la edificación del norte y noroeste conserva un fuerte carácter popular con bajos asoportalados y plantas altas renovadas progresivamente desde mediados del XIX para abrir las lóbregas viviendas antiguas con balcones y miradores de madera que característicos de la arquitectura urbana decimonónica, reciben sin embargo, un tratamiento popular muy típico de las villas costeras dd norte, El pavimento de los soportales, de sillería caliza, está elevado sobre el nivel de la superficie central unos 70 cms. lo que ha obligado a construir un peto y banco corrido que se interrumpe con pequeños tramos de escaleras en los puntos de acceso. Pero, además, el recinto de esta plaza es inseparable de todo el ámbito de la dársena vieja cuya imagen marinera, presidida por la iglesia y el castillo, inspiró un conocido lienzo de Solana. Su larga cornisa edificada hasta los bordes de los modernos muelles, desde los peñascos de Santa Ana y el Castro de la Asunción hasta la plaza de la Barrera constituye un conjunto de gran calidad.
( La plaza en la ciudad)
También su fisonomía ha experimentado sensibles transformaciones a lo largo del tiempo. La superficie se amplió con distintas obras portuarias que modificaron su antiguo perímetro y aunque el viejo torreón del marques de Santillana - cuyos dueños cobraban por permitir el amarre de los barcos a las rocas de su propiedad- permanece en el mismo solar, su fabrica ha sido progresivamente transformada y convertida en Casa Consistorial. El conjunto de la edificación del norte y noroeste conserva un fuerte carácter popular con bajos asoportalados y plantas altas renovadas progresivamente desde mediados del XIX para abrir las lóbregas viviendas antiguas con balcones y miradores de madera que característicos de la arquitectura urbana decimonónica, reciben sin embargo, un tratamiento popular muy típico de las villas costeras dd norte, El pavimento de los soportales, de sillería caliza, está elevado sobre el nivel de la superficie central unos 70 cms. lo que ha obligado a construir un peto y banco corrido que se interrumpe con pequeños tramos de escaleras en los puntos de acceso. Pero, además, el recinto de esta plaza es inseparable de todo el ámbito de la dársena vieja cuya imagen marinera, presidida por la iglesia y el castillo, inspiró un conocido lienzo de Solana. Su larga cornisa edificada hasta los bordes de los modernos muelles, desde los peñascos de Santa Ana y el Castro de la Asunción hasta la plaza de la Barrera constituye un conjunto de gran calidad.
( La plaza en la ciudad)