Las 42.000 ha que constituyen los viñedos de esta denominación de origen se extienden por Jumilla, en Murcia, y seis municipios de la provincia de Albacete.
Los suelos son pardos y arcillosos al norte de la denominación, y calizos y pedregosos al sur. Se trata de un territorio elevado (de 400 a 900 m de altitud), de clima bastante duro, continental, aunque influido por el Mediterráneo, que lo hace muy seco, cálido en verano y frío en los cortos inviernos.
La principal variedad de la zona es la tinta monastrell, que constituye más del 80 % del viñedo. Se trata de una variedad noble, austera y resistente, con unas uvas de oscura coloración y gran riqueza en azúcares.
Otras variedades autorizadas que se cultivan son la garnacha tintorera, la cencibel y la cabernet sauvignon, entre las tintas, y las airen y macabeo, entre las blancas, menos extendidas.
Se elaboran tintos jóvenes, pastosos, suaves, ardorosos y con mucho cuerpo.
También se elaboran tintos doble pasta de gran demanda internacional, así como rosados afrutados y blancos.
Es tradicional también la elaboración de vinos rancios, secos o dulces, de monastrell, de muy prolongada crianza.
La crianza de los vinos tiene una duración mínima de dos años naturales y se realiza en barricas de roble de una capacidad máxima de 1.000 l.
Los suelos son pardos y arcillosos al norte de la denominación, y calizos y pedregosos al sur. Se trata de un territorio elevado (de 400 a 900 m de altitud), de clima bastante duro, continental, aunque influido por el Mediterráneo, que lo hace muy seco, cálido en verano y frío en los cortos inviernos.
La principal variedad de la zona es la tinta monastrell, que constituye más del 80 % del viñedo. Se trata de una variedad noble, austera y resistente, con unas uvas de oscura coloración y gran riqueza en azúcares.
Otras variedades autorizadas que se cultivan son la garnacha tintorera, la cencibel y la cabernet sauvignon, entre las tintas, y las airen y macabeo, entre las blancas, menos extendidas.
Se elaboran tintos jóvenes, pastosos, suaves, ardorosos y con mucho cuerpo.
También se elaboran tintos doble pasta de gran demanda internacional, así como rosados afrutados y blancos.
Es tradicional también la elaboración de vinos rancios, secos o dulces, de monastrell, de muy prolongada crianza.
La crianza de los vinos tiene una duración mínima de dos años naturales y se realiza en barricas de roble de una capacidad máxima de 1.000 l.
GRADUACIÓN ALCOHÓLICA Jumilla monastrell (>85% var. monastrell): — Rosados mín. 12 % vol. — Tintos mín. 12,5 % vol. Jumilla — Blancos mín. 11 % vol. — Rosados mín. 11,5 % vol — Tintos mín. 12 % vol. Jumilla dulce: — Blancos mín. 11 % vol. — Rosados mín. 11,5 % vol — Tintos mín. 12,5 % vol |